Renombrado como uno de los más apreciados y valiosos, el aceite esencial de Frankincense (incienso) ofrece beneficios de salud extraordinarios.
Además de su notoriedad en el nuevo testamento, los babilonios y asirios quemaban incienso en ceremonias religiosas y los egipcios antiguos usaban la resina para todo, desde perfumería hasta ungüentos para aliviar la piel.
Sus propiedades calmantes y embellecedoras se usan para rejuvenecer la piel y ayudan a reducir la apariencia de imperfecciones si se aplica tópicamente.
Como el rey de los aceites, el aceite de incienso (Frankincense) es conocido por apoyar la salud de las funciones inmunitaria y celular si se ingiere.
Si se inhala o difunde, promueve sentimientos de paz, relajamiento, satisfacción y bienestar general.
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